¿Sabías que hay una gran cantidad de pequeñas acciones que nos ayudan a incrementar el ahorro en electricidad de nuestra vivienda?
Este es un aspecto que cada vez más gente tiene presente en su día a día. Ya sea por una razón de compromiso medioambiental o por un intento de reducir los gastos personales, el ahorro energético es un objetivo cada vez más común en la población. Pero, ¿cómo se puede lograr?
Una temperatura estable en el hogar que oscile entre los 20 y 23 grados durante el día, y entre los 15 y 17 durante la noche supondrá un gran ahorro en electricidad.
Apostar por un termostato programable ayudará a lograr resultados notables. Este elemento eficaz y sencillo de utilizar, se encarga de encender o apagar el sistema de calefacción para regular la temperatura de forma automática.
Es necesario aprovechar una fuente de iluminación inagotable como es el sol. Para reducir el consumo y, por lo tanto, aumentar el ahorro en electricidad, se deben orientar aquellas actividades y elementos que requieran iluminación hacia las ventanas. De esta forma, no se requerirá iluminación artificial para desempeñar tareas de ocio y trabajo dentro del hogar.
En el caso de que en el hogar carezca de iluminación natural, es posible optar por una reforma que permita tener una mayor luminosidad.
La elección de las ventanas es compleja, pues contempla distintos aspectos como el marco o el tipo de cristal. Optar por cristales ATR (aislamiento térmico reforzado) ayudará, de forma sostenible, a aumentar la iluminación así como a mantener la temperatura del interior. Se debe tener en cuenta también, el tamaño de las ventanas. El objetivo es que entre la suficiente cantidad de luz natural sin acabar con la privacidad de los inquilinos ni alterar la temperatura del interior.
Un buen aislante en el hogar ofrece sostenibilidad y ahorro energético, reduciendo el consumo entre un 50% y un 65%. Para aumentar el aislamiento del hogar y reducir así el consumo de aire acondicionado y/o calefacción, se interponen materiales en la estructura que conduzcan mal el calor y el frío.
Para que el hogar, además de ofrecer un ahorro energético, sea sostenible, la mejor opción son los aislantes fabricados con materiales naturales y sostenibles. ¿Sabes cuáles son los más destacados?
Las bombillas de ahorro de energía son una alternativa a las tradicionales que solo convierten en luz únicamente el 15% de la electricidad que consumen. En el caso de las de bajo consumo, permiten economizar entre un 60% y un 80% la energía eléctrica.
El ahorro en electricidad ayuda a la reducción de emisiones de CO2, una de las principales causas del cambio climático.
Las LED son fuentes de luz formadas por un material semiconductor con dos terminales. Esta composición la convierte en la más sostenible y económica del mercado. Este tipo de iluminación puede suponer hasta un ahorro en electricidad del 90% pues un consumo de estas de 7W ilumina lo mismo que 60W de una bombilla incandescente.
Por último, pero no por ello menos importante, es necesario prestar atención a los electrodomésticos del hogar. Se debe prestar atención a las etiquetas de eficiencia energética a la hora de escoger los electrodomésticos. En un primer momento pueden parecer más caros pero se ahorra una mayor cantidad de luz a largo plazo, lo que supone un coste total mucho menor.
Además, se debe hacer un buen uso de éstos para incrementar el ahorro en electricidad. Acciones sencillas como cargar al máximo la lavadora, utilizar las placas de inducción, regular la temperatura del frigorífico o, incluso, tapar las ollas para optimizar el calor son tareas que optimizan el ahorro energético del hogar.
Las viviendas diseñadas bajo la idea del Passivhaus tienen por objetivo el ahorro energético y, para ello, utilizan los principios de arquitectura bioclimática. Su diseño consigue mantener un clima interior confortable reduciendo los costes que tendría una regulación artificial.
Para conseguir la mayor eficiencia de la forma más sostenible, las casas pasivas se basan en los principios de aislamiento, hermeticidad, puentes térmicos, ventilación, ventanas y puertas.
En definitiva, el ahorro en electricidad en el hogar se puede conseguir con pequeños cambios que no tienen porqué suponer un gran coste. Si le sumamos una modificación total para conseguir una vivienda sostenible, conseguiremos un gran ahorro a largo plazo, así como aportar a una vida mucho más sostenible.
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